Menú        Inicio       Necesita Ayuda            Oración de Arrepentimiento 

Las personas que aman las tinieblas (Publicación Actualizada)

Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Juan 3:19.

(( Y esta es la condenación )) Observamos que hay una condenación que muchas personas ignoran. La palabra (condenación) se define como: castigo, justicia. El castigo, por causa de una consecuencia, que es el pecado. Justicia, la sentencia aplicada a lo que está establecido por la ley divina. La pregunta es ¿por qué hay condenación? por la desobediencia a los mandamientos de Dios.

(( Que la luz vino al mundo )) La luz, representa en este versículo a Jesucristo, el cual fue enviado por el Padre, a darse en sacrificio vivo por el pecado, para que el hombre pudiera obtener la salvación, creyendo en su obra salvadora en la cruz. Cristo, es la luz que resplandece en los corazones para conocimiento.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 2 Corintios 4:6.
Jesucristo entra en los corazones en tinieblas, para iluminarlos y darles el conocimiento de las cosas de Dios. Una persona que no tenga a Cristo, no podrá conocer la revelaciones de Dios, a través de su palabra. Sin el conocimiento de Dios, una persona camina en este mundo en tinieblas, creyendo en todo lo que ve y siente. 

(( Y los hombres amaron más las tinieblas que la luz )) La Biblia no se equivoca, es palabra de Dios. Si nos damos cuenta, en la actualidad la mayoría de personas en este mundo, aman más las tinieblas que la luz. La palabra (tinieblas) tiene varios significados, dos de ellos son los siguientes: Ignorancia, Maldad. Las personas sin Cristo, aman más las tinieblas ¿por qué? porque están ignorantes, siguiendo la corriente de este mundo. 
En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Efesios 2:2.
Anduvisteis en otro tiempo: Vieja manera pecaminosa de vivir de una persona perdida.
Siguiendo la corriente de este mundo: La persona sin Cristo, acepta, obedece y se deja guiar por  lo que presenta el mundo, y todo lo que presenta e impone el mundo, en su gran mayoría, es contrario al propósito de Dios para con el hombre. 
Conforme al príncipe de la potestad del aire: Hay uno que es el principal, osea, el que dirige a otros. El diablo, es quien da ordenes a un grupo de seres espirituales malignos que se mueven en la atmósfera y son invisible al ojo humano, porque están en una dimensión espiritual. Estas potestades, influyen, en el comportamiento de una persona, de una ciudad, de un entorno o lugar.
El espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia: La persona pecadora sin Jesucristo, está siendo influenciada, cautivada, dirigida ¿por quién? por un espíritu malo. Estos espíritus, ponen en el corazón del hombre, sentimiento, emociones, para que haya un  interés por algún asunto determinado, que esté contrario a lo que Dios demanda. Tiene que saber, que toda persona desobediente a Dios, está propensa a ser cautiva por un demonio. El estado del hombre, es pecaminoso, fruto de su caída, por la desobediencia a los mandamientos de Dios. Adán y Eva, desobedecieron al mandamiento de Dios, por tanto, pecaron, contra Él.

(( Porque sus obras eran malas )) Como el hombre es pecador y vive en un estado caído, es propenso a ser cautivo por las tinieblas, porque su obra  son malas.  ¿Cuáles son las obras malas del hombre? son los actos de pecados y de maldad que Dios condena en la Biblia. 


Hay vida eterna a través de Jesucristo, que espera, acéptalo como tu único y suficiente salvador. Amen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Publicaciones recientes

Salvación

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10.