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La copa del Señor y la copa de los demonios


No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. 1Corintios 10:21 RVR60.

En este capítulo 10 de Primera de Corintios, el Apóstol Pablo le está ilustrando la consecuencia por las cuales pasó la nación de Israel por su desobediencia y adoración a dioses (Éxodo 32:6) lo cual sirve de ejemplo a los Corintios que eran influenciados en la adoración a Demonios, por ser una ciudad en la cual llegaban peregrinos de diferentes lugares para adorar divinidades, también tenían un templo de Afrodita donde las personas acudían.

<< No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios >> La copa del Señor, representa tener una relación con Cristo, haberle recibido como el único salvador, y tener una comunión con Él (Mateo 26: 27,28). La copa de los demonios representa tener una relación con el mundo (Maldad), a través de la adoración, cultos, imágenes, llevando una vida mezclada entre lo bueno y lo malo, en los cuales están detrás los demonios. La copa del Señor ( Santidad, Obediencia, Arrepentimiento, Amor, Misericordia, Unidad, Humildad ). La copa de los demonios (Odio, Envidia, Contiendas, Orgullo, Celos ministeriales, aborrecimiento de personas, Avaricia, Vanidad ).

<< No podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios >> El que se sienta en la mesa del Señor, tiene comunión con Él, y vive para Él. Ejemplo: El que va ha una Iglesia Cristiana, y cuando sale va ha una fiesta mundana, está participando de la mesa de los demonios (2Corintios 6:15). Ser " Cristiano "  y codiciar cosas malas que el mundo acepta (1Corintios 10: 6) está sentándote en la mesa de los demonios, viviendo un estilo de vida pecaminoso (1Corintios 10: 20). El Cristiano verdadero, tiene comunión con Cristo, no con el mundo (Juan 12:25).

MINISTERIO SOLO SALVA CRISTO.

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Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10.