Significa «volverse atrás, recaer» (gr.).
Pablo fue acusado de enseñar a los judíos entre los
gentiles a que apostataran de Moisés (Hch. 21:21).
Pablo enseñaba la libertad de la ley por la muerte
de Cristo, y esto, para un judío rabínico estricto,
constituiría apostasía, olvidando la promesa del
Nuevo Pacto dada por el profeta Jeremías (Jer.
31:31-34, etc.). Esta misma palabra se usa en
Tesalonicenses (2 Ts. 2:3), donde se enseña que el
día del Señor no puede venir hasta que no venga
«la apostasía» o abandono del cristianismo en
relación con la manifestación del hombre de
pecado. (Véase ANTICRISTO).
Con respecto a apostasía individual, se trata en
pasajes como Hebreos (He. 3:12; 10:26, 28), y en
la Epístola de Judas. Hay también advertencias de
que este tipo de apostasía se irá generalizando al ir
finalizando la presente dispensación (1 Ti. 4:1-3).
Una apostasía implica necesariamente una
posición de la que se puede caer, una profesión
hecha que se abandona de una manera deliberada.
No se trata de un cristiano que caiga en algún
pecado, sino de un abandono definido del
cristianismo por parte de un profesante no
convertido, que no ha experimentado la
regeneración de la conversión. Las Escrituras no
ofrecen ninguna esperanza para tal estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario