El deber del caído es confesar ante Dios sus pecados, con un corazón humillado como lo hizo el salmista David.
Ten
piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la
multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi
maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y
mi pecado está siempre delante de mí. Salmos 51:1-3 RVR60.
<<
Piedad >> compasión. Debemos de acudir a la compasión de Dios,
para que su infinita misericordia sea derramada para con nuestra
situación, por su buena voluntad ( Respóndeme, Jehová, porque benigna es
tu misericordia...Salmos 69:16 RVR60 ).
<< Borra
mis rebeliones >> Manchas de pecados que aparecen en nuestros
corazones, por desviarnos de la dirección de Dios. Cuando caemos en
pecados, nos ensuciamos espiritualmente.
<< Lavar
>> Significa: Empujar para alejar. Cuando Dios nos comienza a
lavar, nos está empujando para alejarnos del pecado, y limpiarnos en la
medida que nos vallamos acercando a su santidad.
<<
Porque yo reconozco mis rebeliones >> Un paso fundamental en el
caído, es reconocer su pecado ante Dios, con un corazón plenamente
arrepentido.
<< Y mi pecado está siempre delante de mi >> David tenía siempre presente en su mente su pecado, el cual le oprimía su espíritu. Por consiguiente, todo cristiano verdadero, si cae en pecado, no podrá vivir en paz, porque el Espíritu Santo lo estará redarguyendo de pecados, y tendrá que ir arrepentido a la presencia de Dios. Si no lo hace, no ha nacido de nuevo.
<< Y mi pecado está siempre delante de mi >> David tenía siempre presente en su mente su pecado, el cual le oprimía su espíritu. Por consiguiente, todo cristiano verdadero, si cae en pecado, no podrá vivir en paz, porque el Espíritu Santo lo estará redarguyendo de pecados, y tendrá que ir arrepentido a la presencia de Dios. Si no lo hace, no ha nacido de nuevo.
Tenemos que aceptar que con nuestras propias fuerzas no podemos dejar el pecado.
Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. 2Corintios 1:9 RVR60.
<< Sentencia >> Decisión final de un tribunal. Estuvimos sentenciados a muerte, pero Dios pagó el precio por nuestro rescate, nos dio vida, a través de Jesucristo. Dios quiere lo mejor para sus hijos, por consiguiente, si vamos arrepentido a su presencia, Él nos perdona.
Lo que el Cristiano nunca puede hacer, es ocultar sus pecados, porque le traerá serias consecuencias.
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzara misericordia. Proverbios 28:13 RVR60.
<< No prosperará >> Significa que no tendrá paz, hasta que no confiese su pecado, y se aparte del mal, para alcanzar la misericordia de Dios.
Dios nunca desprecia al corazón contrito y humillado, que va ante su presencia ( Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmos 51:17 RVR60).
( Oración ) Dios mio, me arrepiento de mis rebeliones, perdoname, lavame de mis pecado, levantame y dirigeme en tu camino, en el nombre de Jesús amen.
DOMINGO CRUZ MINISTERIO.
Facebook.com/dcministerio