Jesús abre los ojos a los ciegos que le aceptan, pero para aquellos que ven el camino del pecado y lo hacen suyos, viven cegados espiritualmente (2Corintios 4:4) y no ven más allá de sus entendimientos, y la luz de vida esta apagada en ellos.
Cristo es el camino, la verdad y la vida ( Juan 14:6) y nadie viene al padre sino por El.
La luz (Cristo) que resplandece en el hombre, es cuando este le acepta como único Salvador, es cuando le aparta de las tinieblas (oscuridad) y le da vida eterna ( Juan 8:12).
El hombre arrepentido comienza a caminar en la luz, siendo guiado por la palabra poderosa de Dios en su camino ( Salmos 115: 105).
Por: Domingo Cruz.