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Juan 3:16-18

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

La Inteligencia Artificial como el Becerro de Oro en el Desierto

Estamos en un tiempo donde la tecnología domina la mayoría de escenarios mundiales, hizo su llegada de una manera lenta y bien planificada para dar al ser humano el golpe final. En este mensaje te presento como la Inteligencia Artificial la podemos comparar con el becerro de Oro que una parte del pueblo de Israel comenzó a adorar en el desierto. 

Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón;  y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Éxodo 32:1-4.

(( Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte )) Aquí conocemos, que el pueblo de Israel estaba desesperado, y cuando se está desesperado, aún recibiendo palabra de Dios, es porque no hay una confianza plena, la desesperación, es una aliada de la desconfianza y produce que la fe disminuya. Ellos pensaron que Moisés no iba a volver, no creyeron en la promesa que se le había dado.

(( Se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y  Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón, y él los tomó de la manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto )) Cuando hay un vacío de Dios en el ser humano, se quiere llenar con decisiones, acciones, que sólo traerán como resultado la perdición, porque se está rechazando al Dios verdadero, por un dios propio y falso. Los Israelitas, presenciaron acontecimientos gloriosos, de como fueron libertado de su esclavitud, vieron las plagas en Egipto, vieron como el mar rojo se dividió en dos, y aún así rechazaron al Dios de la Biblia quien los libró. Esto indica, que donde no hay una fe viva, se puede ver milagros, prodigios y no se producirá un cambio verdadero, porque se está entregado al pecado y la rebeldía. 

Nos damos cuenta, que un pueblo, como Israel, no tenía a Dios en su corazón, por tanto, constituyeron a un becerro de oro por dios de ellos, y lo más preocupante, que declararon que fueron esos tipos de dioses que lo sacaron de Egipto. 

En este tiempo postrero tecnológico que estamos viviendo, millones de personas sin Dios en sus corazones y vidas, han constituido como un dios a lo que se conoce como Inteligencia Artificial, un sistema tecnológico, que recopila todas las informaciones almacenadas en la Internet, la cual la utiliza para dar una respuesta. Ahora, ese es su dios, el cual le resolverá todo y rápido, sin ningún sacrificio, sólo tienes que preguntarle. El dios de la inteligencia artificial, lo que está haciendo, es quitarle cada día más las capacidades intelectuales y las identidades como seres humanos a las personas para someterla a su voluntad. Como el pueblo de Israel, que se olvidó de Dios, y se entregó a un becerro de oro, así, el ser humano se está olvidando que hay un Dios, y se está entregando engañosamente a un becerro de oro de este tiempo.

Como la mayoría del pueblo de Israel, por su desobediencia, quedaron postrado en el desierto, así quedarán todos aquellos que en este tiempo, se entreguen sin ninguna precaución al modelo tecnológico satánico.   

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