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Lo que te hace perder la fe

Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envío dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?. Mateo 11:2-3 RVR60.

<< Le envío dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro >> ¿Porque Juan el Bautista le envía mensajero a Jesús, para decirle que si era Él aquel que había de venir? Conocemos que el mismo Juan predicaba, el que venía tras él, era más poderoso, y que bautizaría con Espíritu Santo y fuego (Marcos 1:7)  el mismo Juan sabía que fue escogido para preparar el camino para Jesucristo (Mateo 3:3) y fue el mismo Juan quien bautizó a Jesús y reconoció que era el cordero de Dios, el cual quita el pecado del mundo (Juan 1:29-34).


<< ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro >> Esta condición de Juan, se debió a una de las principales causas, la aflicción que estaba pasando en la cárcel, estaba en un lugar encerrado y aunque la Biblia no lo indica, de seguro, que estaba pasando por momento de turbación  en su mente, y todo esto, por el proceso que estaba pasando en la cárcel.

Reflexión:

Yo no se cual sea el proceso que tu estés pasando, las cárceles que te tengan prisionero (a)  una cosa si sé, que hay situaciones que se levantan para crear desánimo, para crear turbación, para hacer que mengues en la fe, para provocar que olvides el testimonio que tu tienes de lo que Dios ha hecho en tu vida, para provocar que olvides el llamado del cielo para ti, provocar que todo se derrumbe a tu alrededor y pierdas la confianza en Dios.

La palabra de Dios dice, que no estemos preocupados por nada, sino que vallamos y busquemos en oración la presencia del Altísimo, lo que se levanta, para confundirte, para destruirte, lo que busca primero, es cortar la comunicación y la confianza que tu tienes con Dios, para luego poder derribarte, pero si estás alerta y sabes quien es que te a llamado, obtendrás la victoria, siempre y cuando sin importar la situación, tu fe esté puesta en Dios.

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Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10.