No importa en la situaciones en la que estés, si estas atravesando un desierto, busca ese anhelo, busca esa sed en tu alma por Dios, busca su presencia y verás su gloria y poder.
Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, 2- Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Salmos 63:1,2 RVR60.
Lo primordial en el hombre es conocer a Dios, tener una comunión diaria, reconociendo el anhelo que debe de haber en nuestros corazones para vivir, y depender de Él. La tribulación por la cual estemos pasando, no debe impedir que busquemos su presencia (Romanos 8:35), porque sabemos que Dios está al cuidado de nosotros (1Samuel 23:14) y nos consuela en todas nuestras angustias, para luego nosotros dar testimonio a nuestros prójimos, de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas (2Corintios 1:4).
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