Menú        Inicio       Necesita Ayuda            Oración de Arrepentimiento 

Juan 3:16-18

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

El gozo en el cristiano


Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. Salmos 16:11 RVR60.

Cuando entras en la presencia de Dios, no importa la condición en la que te encuentres, hay una gran intensidad de gozo, que lo produce Dios en el corazón del cristiano.

<< Delicias a tu diestra para siempre >> Amor rebosante hay en el lugar de honor que Dios tiene reservado para los fieles.

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe. (Gá.5:22).

El cristiano debe de conocer, que cuando recibió a Cristo, vino a moral en su corazón el Espíritu Santo, el cual produce en el creyente frutos, si un cristiano no tiene amor, gozo, paz, tiene que reflexionar, porque no ha nacido de nuevo (Juan 15:2) o está sujeto nuevamente al yugo de esclavitud ( Gá.5:1).

Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán. (Isaías 51:11).

El gozo que siente todo corazón que se entrega a Dios, es simplemente un avance del gozo eterno que habrá sobre cada alma, cuando esté ante la presencia de Dios. Por consiguiente no importa las situaciones adversas por la que estemos pasando, hay una promesa para Israel y para los cristianos de parte de Jehová el Gran Yo Soy, que el dolor y el gemido huirán para siempre de nuestras vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Publicaciones recientes

Salvación

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10.