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Juan 3:16-18

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Hay que nacer de nuevo, para entrar en el reino de Dios


Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:33 RVR60.

Este versículo trata conjuntamente con los demás versículos de este capítulo, el momento cuando fue Nicodemo de noche a la presencia de Jesús, para hacerle saber sus intenciones de conocerle.

<< El que no naciere de nuevo >> Estas palabras de Jesús significan (Nacer de lo alto) o sea de arriba, procedente de Dios, en el cual no hay intervención alguna del hombre (Juan 1:13). Para una persona llamarse cristiano debe de nacer de nuevo, nacer no físicamente, sino (Espiritualmente) y pueda dar testimonio de lo que Dios ha echo en su vida por medio de Jesucristo en su corazón, para dar frutos digno de arrepentimiento (Lucas 3: 8).

<< No puede ver el reino de Dios >> Si no hay un nuevo nacimiento espiritual en el hombre, no puede ver (Entrar) en el reino de Dios, y este nuevo nacimiento se produce por la fe en Cristo ( Juan 7:38). 

¿Y como llega la fe al hombre? la fe llega al hombre, a través del oír, y el oír la palabra de Dios ( Ro.10:17) o sea  debe de haber un interés, no un rechazo, y recibirla en su corazón y dejar que fluya en su interior, y la Palabra misma le dará la fe en Cristo.


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Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10.