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Juan 3:16-18

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

¿Cómo somos convensidos de pecados?


Juan 16: 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
De pecado, por cuanto no creen en mí;
10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;
11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. 

<<Y cuando él venga >> Jesús declara que el Espíritu Santo vendría una vez el subiera al Padre ¿para que? para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

<< Convencerá al mundo de pecado >> ¿como? Jesús da la respuesta en el (v.9) el convencimiento del hombre pecador, es cuando cree en Jesús como único Salvador. Pero este creer que llega al corazón del hombre es a través del Espíritu Santo de Dios, convenciéndolo para un arrepentimiento y un reconocimiento de Jesús en su vida.

Esta acción regeneradora,  del Espíritu Santo de Dios, muchas veces el corazón del hombre no deja hacer la obra restauradora en su vida, porque hay un endurecimiento, un rechazo a lo que es la palabra de Dios (Hechos 7: 51) los cuales son necios y sordo a la verdad.

<< De justicia  >> Jesús hace referencia a los que han creído en El, por cuanto El está intercediendo ante el Padre por lo suyos. 

<< De juicio >> Jesús declara que los que han creído en su nombre no serán juzgado ( Juan 3: 18 ), pero que el diablo ya ha sido juzgado (condenado) y también a los que siguen su dirección ¿cual dirección? la de este mundo, la del diablo ( el príncipe de este mundo = v.11 ). 

En este capítulo 16,  Juan trata el tema de la preparación de los discípulo por parte de Jesús para lo que próximo iba ha acontecer, dándoles a conocer las obras que venía hacer el Espíritu Santo de Dios a este mundo.

Por: Domingo Cruz. 

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Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:9-10.