Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; 36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de la bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. (Mateo 12:35-36).
Tenemos que estar en rectitud, firmes, y con la Palabra viva, resplandeciente en nuestros corazones.
Siempre en espera de nuestro Señor Jesucristo, el cual vendrá y nos llamará, y todo corazón entregado a su obra le oirá, e ira a su encuentro en los aires amen.
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