Se da a conocer abiertamente después de la ascensión de Jesús, cuando desciende sobre los creyentes (Hechos 2:1-4). La iglesia cristiana nace y se desarrolla teniendo al Espíritu Santo como su mentor ( Juan 14:16-17,26; Hechos 1:8). La obra del Espíritu Santo se proyecta tanto en el seno de la iglesia tratando con ella en su conjunto y con los creyentes en forma personal como en el mundo.
Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán. Juan 14:15-19 RVR60.
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