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El que visita brujo, hechicero, espiritista se contamina


No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios. Levítico 19:31 RVR60.

(( No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis )) Dios le está hablando a su pueblo Israel, que no volvieran atrás, visitando a los adivinos como lo hacen en la tierra de Egipto, y en la tierra de Canaán, la cual iban a morar (Lev.18:3).
Porque todo el que visita un brujo, está reconociendo que Jehová no es su Dios, sino el diablo, el cual se esconde detrás de todas las practicas del ocultismo. 

(( No los consultéis, contaminándoos con ellos )) Aquí, Dios da a conocer al hombre la consecuencia que resulta visitar un brujo, hechicero, espiritista. La palabra (Contaminación) significa, Mancha, Impureza. La contaminación viene al cuerpo, al espíritu, por un acto que los mandamientos de Dios lo condena, porque en su mayoría pertenece a la esfera de los demonios. Por consiguiente, el que visita un brujo, lo que se está contaminando, ensuciando espiritualmente, porque le está dando reconocimiento sin saberlo a los demonios, antes que a Dios. Por tanto, al contaminarse, fruto del pecado, porque está transgrediendo un mandamiento de Dios, los demonios obtienen la potestad a través del brujo, espiritista, para tener dominio de esa persona y llevarla a una situación aún más calamitosa. 

(( Yo Jehová vuestro Dios )) Por causa del pecado, la rebeldía, la ignorancia, el engaño satánico, el hombre busca los medios del ocultismo para llenar un vacío existente, o para tratar de resolver sus necesidades, y no acude al verdadero Dios, creador de los cielos y la tierra, Jehová de los ejércitos. 

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